La primavera fue encargada a Botticelli por Lorenzo de Pierfrancesco de Medici primo del Magnifico para su villa el Castillo donde la vio el Vasari en los quinientos junto al Nacimiento de Venus (la cual al inicio era destinado a otra Villa)
Sobre la identidad de los personajes que se puede observar en el cuadro, las primeras indicaciones de Vasari fueron acogidas por todos los estudiosos y no dan un mínimo de duda. A partir de la derecha, están Zefiro, que persigue la ninfa Clori, esta fue fecundada por El, se transforma en Flora/Primavera.
Al centro esta Venus, con Eros listo para flechar hacia una de las tres Gracias que bailan, y al final Mercurio que vota las nubes con el caduceo. Muchas son las ideas acerca del significado de la imagen. Algunos individúan por debajo de los vestidos mitológicos, personajes florentinos como Giuliano de Medici y su amada Simonetta Vespucci, sino también se reconocían jóvenes florentinos enmascarados, puestos de moda por Lorenzo para los carnavales. El cuadro ha sido descifrado como un calendario agrario, con la representación de los meses del año dedicados a los trabajos agrícolas.
Las interpretaciones que mas convencen y que tienden a resaltar los vínculos del trabajo con la cultura literaria y filosófica Laurentiana. El primero en moverse en esta dirección fue Aby Warburg que interpretaba (1893). El Nacimiento de Venus y La Primavera como parte de un díptico inspirado a Poliziano (el cual conducía a numerosas fuentes literarias antiguas), que representa a la diosa momentos después del nacimiento y la llegada a su reino.
Panofsky también conecta las dos pinturas, pero considera que son la celebración de las “dos Venus” neoplatónica. En ambos casos, un fuerte vinculo que une las dos pinturas a la cultura neoplatónica lauretiana. Nexo confirmado del hecho que el cliente tenia como predecesores importantes pensadores neoplatónicos, entre los cuales Ficino. Apropósito Ernst Gombrich ha llamado la atención (1945-1978) en una carta de a Lorenzo de Pierfrancesco Ficino que insta al joven a dirigir adecuadamente su acción, tras la alineación de las estrellas que dominaron el horóscopo: la Venus y Mercurio. Puede ser arriesgado para considerar la carta como punto de inicio para la composición pictórica, sin embargo esta claro que los vínculos con el medio ambiente no solo son Laurentiana literaria (la proximidad de las imágenes poéticas di Poliziano es increíble), sino también filosófico.
La Primavera puede ser entendido como la ilustración de una de las piedras angulares del sistema de Ficino; el amor que, en sus diversos grados viene a romper con el mundo terrenal y a su vez espiritual. El episodio de Zefiro, Clori y Flora representan la fuerza de Venus/Humanitas y Eros, se transforma en un amor verdadero y perfecto (Las tres Gracias en el Renacimiento eran interpretadas sobre la base de Seneca, como los tres aspectos del amor oblativo: saber dar, saber recibir y saber devolver) hasta alzar el vuelo hacia las esferas guiadas por Mercurio.
Esta lectura aparece ahora mas probable, y ha sido ampliamente especificada en dirección diversa.
La Primavera es una interpretación sensible “para figuras” que el artista mete a punto con excelentes instrumentos comprensivos, que asi mismo participan con convicción a la cultura predilecta de su cliente.
